Me he encontrado con este texto relacionado con el Camino en general y con el Camino Francés en particular.
Siempre he estado agradecido a la presencia de mis queridas flechas amarillas, las omnipresentes guías, que siempre están ahí para evitar que más de uno pueda perderse. Aún en estos tiempos de desarrollo tecnológico, de GPS, móviles y aplicaciones, yo no cambio a las flechas amarillas por nada del mundo. Las quiero entrañablemente y por ende, a aquellos "tíos de la brocha" que no paran de repintar, de estar pendientes, en definitiva de ayudar-guiar a los peregrinos, los generosos voluntarios de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago.
Y especialmente quiero agradecer y traer a este rinconcito de "Haciendo Caminos", haciendo memoria y reconocimiento a modo de sencillo homenaje al Padre Valiña, precursor de la "flecha amarilla".
Sin más dilación, pego el citado texto.